Las cosas que muchas veces encontramos por casualidad. En esta nueva etapa que me toca vivir con altibajos laborales y replanteamiento del significado de profesionalización, he dado con un curioso decálogo. Revisando a Marina, Gardner y Robinson entre otros para indagar en la Creatividad y la Educación, me he encontrado en la biblioteca un libro de la UNED titulado La Creatividad: Diagnóstico, evaluación e investigación (1995). Este manual es de Ricardo Marín Ibáñez, desaparecido Pedagogo y un pionero estudioso de la Creatividad en España. La obra se inicia con el Decálogo del creador, diez normas básicas para crear y dejar crear.
Resulta paradójico hablar de creatividad citando a alguien sin añadir más. Lo sé, esto no es creativo. Pero me ha resultado interesante y tenía la necesidad de compartirlo y, quien sabe, igual nos ayuda a aumentar nuestra creatividad. Estas diez pautas deben estar presente cada día de nuestras vidas (de hecho estoy pensando en hacerme un póster). Que sirva esto también como un pequeño homenaje a Marín cuando ya se han cumplido 15 años de su fallecimiento. He aquí el curioso fragmento:
Decálogo del creador
Crear y dejar crear
- Crear es hacer algo personal, nuevo y valioso, por modesto que sea.
- No pierdas el tiempo enjuiciando a los demás. Dedícate a tu propia obra creadora.
- Evita los pretextos paralizantes. En toda situación hay que ver lo mejor que se puede hacer.
- Los momentos más felices son aquéllos en que se realiza algo valioso de acuerdo con las tendencias más hondas, nobles y personales. Procura ser tú mismo.
- Contribuye a que haya un clima de creación en torno tuyo, deja que los demás también sean ellos mismos, personalmente creadores.
- Reconocer y estimular la expresión de los valores que cada cual prefiere es el camino para que todos se sientan creadores. Y para que nos aceptemos unos a otros.
- El mundo está lleno de posibilidades aún no realizadas. Busca las mejores, las más adecuadas a tu situación y esfuérzate en encarnarlas en la realidad de tu vida.
- La creación es un gesto de donación generosa. Enriquece tu propio ser enriqueciendo lo que te circunda.
- La autenticidad de la vida se logra en los momentos de creación, nunca por la pasividad, el lamento o la destrucción. Frente al consumismo sin límites que exige a los demás todo y ya, conviértete en protagonista responsable de tu vida. Crea y recrea tu vida y la de los demás. Este es el secreto de la verdadera juventud.
- Renuévate cada día. Rompe la rutina. Deja tu huella distinta e innovadora. Piensa no sólo que todo puede hacerse mejor, sino especialmente que tú puedes hacerlo mejor.
MARÍN IBÁÑEZ, R. (1998). La Creatividad: Diagnóstico, evaluación e investigación. Madrid: UNED
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